La artritis es una forma informal de referirse al dolor articular o enfermedad articular
Personas de todas las edades, sexos y razas tienen y pueden tener artritis, y es una importante causa de discapacidad. Es más común entre las mujeres y ocurre con más frecuencia a medida que las personas envejecen.
Los síntomas comunes de la articulación con artritis son hinchazón, dolor, rigidez y disminución del rango de movimiento. Los síntomas pueden ser leves, moderados o severos y pueden ir y venir permaneciendo igual durante años o progresando y empeorando con el tiempo. La artritis grave puede provocar dolor crónico, incapacidad para realizar las actividades diarias y dificultar el caminar o subir escaleras y también puede causar cambios permanentes en las articulaciones a veces visibles, como en las articulaciones de los dedos.
Hay más de 200 tipos de artritis y afecciones relacionadas. Dos de los tipos más comunes son la osteoartritis y la artritis reumatoide.
Osteoartritis
La osteoartritis degrada el cartílago de las articulaciones tales como la mano, rodilla, columna vertebral y cadera.. El cartílago es el tejido que cubre los extremos de los huesos en una articulación, absorbiendo los impactos de los movimientos. Cuando se desgasta este recubrimiento resbaloso, los huesos se friccionan entre sí, pudiendo dañar la articulación de forma permanente.
La osteoartritis afecta sólo a las articulaciones, pudiendo afectar a varias a la vez.
Son factores de riesgo, que pueden llevar a la osteoartritis, el sobrepeso, el envejecimiento y el estrés de la articulación por uso excesivo o lesión.
Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, lo que significa que la artritis es el resultado de un ataque de su sistema inmunitario a sus propios tejidos sanos, articulaciones y órganos. La artritis reumatoide es un tipo inflamatorio crónico de artritis que causa que el revestimiento de la articulación se inflame, causando hinchazón, dolor, rigidez de las articulaciones y posiblemente pérdida total de uso de la articulación. Los tendones y ligamentos que mantienen unida la articulación se debilitan y se estiran. Gradualmente, la articulación pierde su forma y su alineación.
La artritis reumatoide tiende a ocurrir en articulaciones en pareja: en ambas manos, ambos pies o ambos codos.
La artritis reumatoide también puede afectar otras partes del cuerpo además de las articulaciones, como la piel, nervios, tendones, músculos, ojos, corazón, riñones y pulmones. Las personas con artritis reumatoide también pueden experimentar fatiga, que según los investigadores es distinta a la fatiga normal, a menudo es inesperada y extrema y no se restaura con el descanso.
Este tipo de artritis afecta más a mujeres que hombres. A pesar de muchas investigaciones, no han encontrado qué causa la artritis reumatoide. Muchos científicos creen que hay un componente genético/historia familiar asociado con el desarrollo de la artritis reumatoide que puede hacer que la persona sea más vulnerable a los factores ambientales tales como la infección por determinados virus y bacterias que pueden desencadenar la enfermedad.
¿No fumar protege contra la osteoartritis de rodilla?
En algunos estudios previos se había sugerido que el hábito de fumar podría tener un efecto protector contra la osteoartritis de rodilla, ya que se creía que la nicotina y otros compuestos del tabaco podían influir en la inflamación y el metabolismo del cartílago. Sin embargo, los resultados en la literatura científica han sido contradictorios y no existe un consenso claro sobre esta posible relación.
Un reciente estudio financiado por el Consejo Danés de Investigación Independiente analizó esta hipótesis en profundidad y no encontró ninguna relación significativa entre el tabaquismo actual y la aparición temprana de artrosis de rodilla. El estudio se centró en una cohorte de pacientes que habían sido sometidos a cirugía meniscal artroscópica, un procedimiento común en personas con lesiones en la rodilla. Los investigadores no hallaron evidencia que respalde la idea de que fumar retrase o prevenga el desarrollo de la osteoartritis en estas personas.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que el tabaquismo no solo carece de un efecto protector, sino que puede ser un factor de riesgo para múltiples enfermedades, incluyendo la osteoporosis y otros trastornos óseos y articulares. Por ello, la mejor estrategia para la salud articular sigue siendo mantener hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada, el ejercicio regular y evitar el tabaco.