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Traumatología
Rizartrosis: causas, tratamientos y ejercicios

Publicado por Basilio de la Torre el febrero 3, 2025

La rizartrosis, también conocida como artrosis de la articulación trapeciometacarpiana, es una patología degenerativa que afecta la base del pulgar. Esta articulación permite movimientos esenciales como la pinza, fundamental para realizar tareas cotidianas como abrochar botones, abrir frascos o sujetar objetos con firmeza.

¿Qué es la rizartrosis?

La rizartrosis, también conocida como artrosis de la articulación trapeciometacarpiana, es una patología degenerativa que afecta la base del pulgar. Esta articulación permite movimientos esenciales como la pinza, fundamental para realizar tareas cotidianas como abrochar botones, abrir frascos o sujetar objetos con firmeza.

Se debe a varias causas, como la predisposición anatómica, factores genéticos, secuelas de traumatismos y desgaste progresivo del cartílago entre el trapecio (hueso del carpo) y el primer metacarpiano.

La enfermedad afecta con mayor frecuencia a mujeres mayores de 50 años, aunque también se observa en personas con predisposición genética o en aquellos que desempeñan trabajos manuales repetitivos, como peluqueros, músicos y artesanos.  Su degeneración impacta directamente la funcionalidad de la mano y puede llegar a ser incapacitante en etapas avanzadas.

¿A quién afecta la rizartrosis?

La rizartrosis es una afección común en la población adulta, especialmente en mujeres postmenopáusicas debido a cambios hormonales que pueden debilitar la estructura ósea y articular. También afecta a personas que han sometido sus manos a esfuerzos repetitivos por razones laborales o recreativas.

Profesionales como dentistas, escritores, músicos, cocineros y obreros de la construcción tienen un mayor riesgo de desarrollar esta condición. Investigaciones recientes sugieren que factores como la obesidad, el sedentarismo y enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide pueden agravar la degeneración articular.

¿Cuáles son los síntomas de la rizartrosis?

Los síntomas de la rizartrosis evolucionan progresivamente y pueden afectar significativamente la calidad de vida. El dolor en la base del pulgar es la manifestación más común, inicialmente presente solo con ciertos movimientos, pero que se vuelve constante con el tiempo.

Los pacientes suelen notar una disminución en la fuerza de agarre y dificultades para pellizcar objetos, lo que interfiere con actividades diarias como abrir botellas, escribir o sujetar utensilios de cocina. En fases avanzadas, la inflamación y la rigidez articular pueden derivar en deformidades y subluxaciones, afectando la estética y funcionalidad de la mano.

Principales factores de riesgo de la rizartrosis

La etiología de la rizartrosis es multifactorial y está relacionada con el envejecimiento y el desgaste progresivo del cartílago articular. Sin embargo, existen factores que pueden acelerar su aparición, como:

  • La predisposición genética.
  • La realización de movimientos repetitivos con el pulgar.
  • Los traumatismos previos en la zona.

Profesionales que dependen intensamente del uso de sus manos, como dentistas, escritores y trabajadores de la construcción, presentan un mayor riesgo de desarrollar esta afección. Además, los desequilibrios hormonales, especialmente en mujeres postmenopáusicas, pueden influir en su aparición.

¿Qué tratamientos existen para la rizartrosis?

El manejo de la rizartrosis varía según la severidad de los síntomas y el grado de deterioro articular. En las primeras etapas, se recomienda un enfoque conservador, que incluye el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para controlar el dolor y la inflamación, así como ortesis de estabilización para limitar el movimiento del pulgar y reducir la carga sobre la articulación.

La fisioterapia desempeña un papel clave en la rehabilitación, con ejercicios diseñados para mejorar la movilidad y fortalecer la musculatura adyacente, minimizando la sobrecarga articular. Además, en algunos casos, las infiltraciones de corticoides o ácido hialurónico pueden proporcionar alivio temporal.

Si el tratamiento conservador no es suficiente y la limitación funcional es significativa, se puede considerar la cirugía. Las opciones incluyen la eliminación del hueso trapecio de la muñeca (trapeciectomía), la fusión de la articulación mediante artrodesis o la colocación de una prótesis articular.

La elección del procedimiento dependerá de la edad del paciente, el nivel de actividad y la progresión de la enfermedad, con medicamentos antiinflamatorios (cuando sea factible) y la colocación de una férula de apoyo para que el pulgar no se mueva.

La fisioterapia también puede ser muy útil. Y, si existe la opción de realizar cirugía, es una alternativa muchas veces desconocida. Desde hace 50 años se ha trabajado en la técnica quirúrgica para mejorarla y perfeccionarla. Los procedimientos quirúrgicos pueden ser la eliminación del hueso trapecio de la muñeca, inmovilizar el pulgar uniendo dos huesos o colocar una prótesis articular en la articulación.

El tratamiento de la rizartrosis se adapta a la severidad de los síntomas y al grado de deterioro articular. En las primeras etapas, se recomienda el manejo conservador, que incluye antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para controlar el dolor y la inflamación.

Las ortesis de estabilización ayudan a limitar el movimiento del pulgar, reduciendo la carga sobre la articulación y aliviando la sintomatología. La fisioterapia desempeña un papel clave en la rehabilitación, con ejercicios dirigidos a mejorar la movilidad y fortalecer la musculatura adyacente para minimizar la sobrecarga articular.

Además, las infiltraciones de corticoides o ácido hialurónico pueden ofrecer alivio temporal en casos seleccionados. Si el tratamiento conservador no resulta eficaz y la limitación funcional es significativa, se considera la cirugía.

Existen diversas opciones quirúrgicas, como la trapeciectomía con interposición de tendón, que alivia el dolor preservando el rango de movimiento; la artrodesis, que fusiona la articulación para eliminar el dolor a costa de restringir la movilidad; y la colocación de prótesis articulares, una opción más reciente con buenos resultados en algunos pacientes. La elección del procedimiento depende de la edad, nivel de actividad y expectativas del paciente.

¿Qué ejercicios están recomendados para la rizartrosis?

La rehabilitación es esencial para optimizar los resultados del tratamiento, ya sea conservador o quirúrgico. Los ejercicios terapéuticos dirigidos a mantener la movilidad, fortalecer los músculos de la mano y mejorar la función del pulgar pueden marcar la diferencia en la calidad de vida del paciente. Algunos ejercicios recomendados incluyen:

Flexión y extensión del pulgar

Mover el pulgar hacia la palma y luego estirarlo completamente.

Ejercicio de oposición

Tocar la punta de cada dedo con el pulgar formando una «O».

Uso de una pelota blanda

Apretar y soltar una pelota de gomaespuma para mejorar la fuerza de agarre.

Separación del pulgar

Extender el pulgar hacia afuera con resistencia para fortalecer los músculos de la base.

Errores comunes que pueden empeorar la rizartrosisa largo plazo

Existen ciertos hábitos que pueden agravar la rizartrosis o acelerar su progresión. Algunos errores que recomendamos se deben evitar incluyen:

  1. Realizar movimientos repetitivos sin descanso, como escribir durante largos períodos sin pausas.

  2. Sujetar objetos pesados con el pulgar, lo que incrementa la presión sobre la articulación dañada.

  3. Usar utensilios inadecuados, como herramientas de mango delgado que requieren más esfuerzo.

  4. Ignorar el dolor y continuar con la actividad, lo que puede empeorar la inflamación y acelerar el daño articular.

Consejos para mejorar la calidad de vida con rizartrosis

Adoptar ciertos cambios en el estilo de vida y en la rutina diaria puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la funcionalidad del pulgar. Algunos tips útiles incluyen:

  • Utilizar utensilios ergonómicos, como bolígrafos gruesos o cubiertos con mangos acolchados.

  • Aplicar frío o calor en la articulación, dependiendo de la fase de la enfermedad (frío para la inflamación, calor para la rigidez).

  • Evitar el uso prolongado de dispositivos electrónicos, que pueden sobrecargar la articulación.

  • Realizar ejercicios diarios para mantener la movilidad y fortalecer la musculatura de la mano.

  • Consultar con un especialista ante la aparición de síntomas persistentes para recibir un tratamiento adecuado.

La rizartrosis es una patología degenerativa frecuente que afecta la articulación del pulgar y puede generar una importante discapacidad si no se trata adecuadamente. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida del paciente, permitiendo una mejor adaptación a la enfermedad y evitando la progresión del daño articular.

La combinación de medidas conservadoras, rehabilitación y, cuando es necesario, cirugía, ofrece un abanico de soluciones que permiten mantener la funcionalidad de la mano a largo plazo. Acudir a un especialista en IMTRA al notar los primeros síntomas es fundamental para establecer el tratamiento más adecuado y evitar el deterioro progresivo de la articulación.


Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica, actualmente es el Jefe de Servicio del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Es Profesor en Traumatología y Cirugía Ortopédica de la Universidad de Alcalá de Henares. Con una formación y experiencia muy sólida en la patología compleja de cadera, se ha formado en los grandes hospitales de Europa y Estados Unidos y actualmente es un referente mundial en el tratamiento de casos complejos en la cirugía de cadera. Es nuestro consultor privado para aquellos casos complejos que requieren de su gran formación y experiencia.
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