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Osteoporosis: qué es, tratamientos  y ejercicios

Publicado por Aleksandar Lovic el enero 30, 2025

El ejercicio antes y durante la pubertad puede reducir el riesgo futuro de Osteoporosis. Una de las enfermedades de los huesos más comunes es la osteoporosis. A la osteoporosis se la conoce como la enfermedad silenciosa, porque invade poco a poco el esqueleto sin dar ninguna señal de aviso.

De pronto, y siempre en una edad ya madura, el hueso se rompe de manera inesperada por sitios tan graves como la cadera o la columna vertebral, lo que en muchos casos requiere una operación de cadera para recuperar la movilidad y evitar complicaciones.

¿Qué es la osteoporosis?

La osteoporosis (hueso poroso) es una enfermedad en la que se va perdiendo masa ósea y el hueso se vuelve más poroso, delgado y frágil, resistiendo peor los golpes y rompiéndose con facilidad.

La masa ósea de una persona va aumentando a lo largo de su vida hasta llegar a un “pico máximo” alrededor de los 30 ó 35 años. A partir de esta edad (30-35 años) existe de forma natural una progresiva pérdida de masa ósea. Cuando la pérdida progresiva se acelera, lo cual ocurre en ciertas enfermedades o hábitos de vida o en el caso de la mujer al llegar a lamenopausia, puede llegarse a la osteoporosis en edades precoces.

Aunque es más frecuente en la población femenina, en los últimos años ha aumentado el interés por la osteoporosis en el varón.
La osteoporosis es muy común en mujeres a partir de 50 años, porque los niveles de estrógeno disminuyen con la edad y la falta de estrógeno hace que las células que crean nuevos huesos sean menos activas que las células que eliminan los huesos envejecidos.

Osteoporosis: tratamiento

La osteoporosis es un problema de salud pública. En Estados Unidos, dicha enfermedad afecta a más de 45 millones de personas, y en Suecia, una de cada dos mujeres y uno de cada cuatro hombres tienen una fractura osteoporótica en algún momento en la vida.

Un estudio realizado con más de 800 hombres suecos en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, Suecia , reveló que el ejercicio físico durante los veinte años mejora el desarrollo del hueso y puede reducir el riesgo de futuras fracturas. Esta investigación ha demostrado que el ejercicio antes y durante la pubertad es particularmente importante para el desarrollo óseo.

El principal objetivo en el manejo de la osteoporosis es prevenir fracturas por fragilidad, fortaleciendo la estructura ósea y reduciendo los factores de riesgo asociados.

Adoptar un estilo de vida saludable es clave para mantener una buena densidad ósea. Algunas medidas fundamentales incluyen:

  • El consumo adecuado de calcio, con una cantidad recomendada según la edad. En general, los adultos necesitan entre 1.000 y 1.500 mg diarios. Este mineral se encuentra en productos lácteos, vegetales de hoja verde y frutos secos. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a suplementos de calcio bajo supervisión médica.
  • La vitamina D y exposición al sol ayuda a la absorción del calcio. Nuestro organismo la produce naturalmente cuando la piel recibe radiación solar, por lo que es recomendable una exposición moderada al sol o, en caso de déficit, la administración de suplementos.
  • Ejercicio físico regular con actividades como caminar, hacer ejercicios de resistencia o practicar disciplinas que mejoren el equilibrio ayudan a fortalecer los huesos y prevenir caídas.
  • Evitar el tabaco y el alcohol en exceso: El consumo de tabaco y alcohol puede acelerar la pérdida de masa ósea, aumentando el riesgo de fracturas.

Tipos de fármacos para la osteoporosis

Existen distintos tipos de fármacos utilizados en el tratamiento de la osteoporosis:

  1. Fármacos antirresortivos: Reducen la degradación del hueso y ayudan a conservar la masa ósea. Entre ellos se encuentran los bifosfonatos (como alendronato, risedronato y zoledronato), denosumab y moduladores selectivos de los receptores de estrógenos, como raloxifeno y bazedoxifeno.
  2. Fármacos osteoformadores: Favorecen la formación de nuevo tejido óseo, siendo la teriparatida el principal representante de este grupo.
  3. Fármacos duales: Tienen un efecto combinado, reduciendo la pérdida ósea y estimulando la regeneración ósea. Un ejemplo de este grupo es romosozumab.

La elección del tratamiento más adecuado dependerá de la valoración del especialista, quien tomará en cuenta factores como la edad, antecedentes médicos y el grado de afectación ósea. El abordaje debe ser personalizado, combinando tratamiento farmacológico con hábitos de vida saludables para optimizar los resultados y prevenir fracturas.

La fuerza de nuestros huesos se determina temprano en la vida. Cuanta más masa ósea consigamos cuando somos jóvenes, menor será nuestro riesgo de fracturas a medida que envejecemos.

¿Se puede trabajar con osteoporosis en España?

Sí, en España se puede trabajar con osteoporosis, pero la posibilidad de continuar desempeñando un empleo dependerá de varios factores, como la gravedad de la enfermedad, la presencia de fracturas previas y el tipo de trabajo que se realice.

En casos leves o moderados, muchas personas pueden seguir trabajando sin problemas, especialmente si se trata de empleos administrativos, de oficina o que no impliquen esfuerzo físico significativo. Sin embargo, si la osteoporosis está avanzada y existe un alto riesgo de fracturas, trabajos que requieran levantar peso, realizar movimientos repetitivos, posturas incómodas o que impliquen riesgo de caídas pueden ser peligrosos.

En estos casos, es recomendable evaluar si es necesario adaptar el puesto de trabajo con medidas ergonómicas, reducir la carga física o incluso solicitar una incapacidad laboral. En España, la Seguridad Social puede reconocer distintos grados de incapacidad en función de la limitación que la osteoporosis cause en la vida laboral del trabajador:

  • Incapacidad permanente parcial: cuando la enfermedad reduce el rendimiento en al menos un 33%, pero permite seguir trabajando con algunas adaptaciones.
  • Incapacidad permanente total: si la osteoporosis impide realizar la profesión habitual, pero permite desempeñar otra actividad.
  • Incapacidad absoluta: si la osteoporosis es muy avanzada y el trabajador no puede desempeñar ningún tipo de empleo.

En cualquier caso, es fundamental acudir a un médico especialista para evaluar el estado de los huesos y recibir recomendaciones sobre cómo prevenir fracturas en el entorno laboral.

¿Se cura la osteoporosis?

No, la osteoporosis no tiene una cura definitiva, ya que se trata de una enfermedad crónica que implica una pérdida de densidad ósea progresiva. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, es posible ralentizar su evolución, mejorar la calidad ósea y reducir el riesgo de fracturas.

El manejo de la osteoporosis se basa en:

  1. Medicamentos específicos que ayudan a frenar la pérdida ósea y, en algunos casos, a estimular la formación de nuevo hueso.
  2. Alimentación adecuada, con una ingesta suficiente de calcio y vitamina D, ya sea a través de la dieta o de suplementos si es necesario.
  3. Ejercicio físico adaptado, que fortalece los músculos y mejora el equilibrio para prevenir caídas.
  4. Hábitos de vida saludables, como evitar el consumo de tabaco y alcohol, que afectan negativamente a la salud ósea.

Si bien la osteoporosis no se revierte por completo, una detección temprana y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida del paciente y minimizar sus efectos a largo plazo.

¿Cuáles son los ejercicios contraindicados para la osteoporosis?

Las personas con osteoporosis deben evitar ejercicios que impliquen alto impacto o riesgo de caídas. Algunos de los ejercicios contraindicados son:

  • Saltos y ejercicios de alto impacto (como correr o saltar la cuerda).
  • Flexiones profundas de columna (como tocarse los dedos de los pies desde una posición de pie, abdominales tradicionales o giros bruscos de espalda).
  • Levantamiento de pesas excesivas sin supervisión.
  • Deportes de contacto o con alto riesgo de caídas (como fútbol, baloncesto o esquí).

En su lugar, se recomiendan ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar, practicar yoga adaptado y ejercicios de fortalecimiento muscular supervisados. Siempre es aconsejable consultar con un médico o fisioterapeuta antes de comenzar una rutina de ejercicio.

El estudio demostró que aquellos hombres que aumentaron sus niveles de actividad física entre los 19 y 24 años consiguieron un aumento de su densidad ósea en las caderas, la columna lumbar, los brazos y las piernas, mientras que los que redujeron su actividad física durante este período tenían huesos significativamente más frágiles.

Los ejercicios que ofrecen una resistencia en los huesos, que exigen un trabajo de éstos, estimulan nuevo crecimiento óseo y son mejores que la natación, en la que el agua soporta tu peso, o el ciclismo, en el que la bicicleta sostiene tu cuerpo. También es importante que se realicen en extensión más que en flexión, para conseguir una mayor fuerza de los músculos de las vértebras.

Las actividades que implican extensión son las más aconsejadas, como es el caso de caminar, salar, bailar, hacer aerobic, tablas de gimnasia…, ya que producen carga y tensión muscular.

Se puede practicar ejercicio físico aunque se tengan muchos años. Hay un ejercicio físico para cada edad, lo importante es mantenerse siempre en movimiento y saber qué ejercicios son los adecuados para el grupo de edad al que pertenecemos.

En resumen, la osteoporosis es una enfermedad que no tiene cura real y la mejor y más eficaz forma de combatirla es una buena prevención. 

Para prevenirla debemos prestar especial atención a tres factores fundamentales que nos ayudarán a mantener unos huesos sanos y fuertes en un futuro, incluso aunque pertenezcamos a ese grupo de personas con mayor grado de riesgo:

  • Ejercicio físico adecuado
  • Hábitos de vida saludable
  • Una dieta adecuada.

El Dr Lovic es el coordinador de la Unidad de Referencia del Plexo Braquial y Nervios periféricos del Hospital Universitario La Paz (Madrid). Está considerado como uno de los cirujanos con mayor experiencia en Europa, en el tratamiento de las lesiones del plexo braquial y nervios periféricos, así como en la microcirugía y tratamiento de diferentes patologías congénitas. En los casos de lesiones graves con pérdidas de integridad o de la función de las extremidades realizamos los procedimientos microquirúrgicos avanzados de sustitución tisular para recuperar la función. Es, así mismo, miembro del Editorial Board de Journal of Hand Surgery. Es nuestro consultor privado para este tipo de cirugías y especialmente en lesiones del plexo braquial en accidentes de tráfico.
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