El helio, un gas con importante uso médico se agota. Se ha estado malgastando en inflar globos

El helio se formó durante el Big Bang y es el segundo elemento más abundante en el Universo; la cuarta parte del Sol es helio. El helio es uno de los elementos más ligeros, por lo que aquí en la Tierra, se escapa al espacio exterior en cuanto tiene oportunidad.

En nuestro planeta sólo quedan depósitos atrapados en el subsuelo, mezclados con petróleo o con gas natural, como resultado de la desintegración natural de rocas radiactivas a lo largo de miles de años. El helio no se puede producir, solo extraer del subsuelo. Aunque se ha descubierto un depósito subterráneo en Tanzania que tendrá que explotarse en el futuro, los proveedores de helio actuales (Estados Unidos, Catar, Argelia, Rusia, Polonia y Australia) empiezan a limitar el suministro de este recurso finito.

En este momento, la demanda de helio supera a la oferta. El verano pasado, la reserva nacional norteamericana dejó de vender helio a empresas privadas para dar prioridad a las necesidades de las agencias gubernamentales. Una de las mayores preocupaciones es que siendo el helio una materia prima clave, la escasez actual podría paralizar estratégicas aplicaciones industriales y médicas. El helio líquido es el refrigerante utilizado para enfriar (a menos de 10 grados Kelvin) imanes superconductores en máquinas de resonancia magnética (MRI).

La claridad de las imágenes de alta resolución de una resonancia magnética ayuda a diagnosticar problemas de salud, sin exponer a los pacientes a radiación, por lo que es una alternativa más segura que otros sistemas de diagnóstico por imagen como RX o TAC. Este uso es más racional que dejar que se evapore en la atmósfera escapándose de un globo en forma de corazón.